4.3 Abandono del buque Copy
Protocolo de abandono del buque
En caso de que la situación a bordo sea insostenible y pensemos en abandonar el barco es importante estar totalmente seguro de que esta presenta menos garantías de refugio que la utilización de la balsa salvavidas. Esto es debido a que es mucho más fácil localizarnos en el barco que en una balsa salvavidas. Así que siempre que la embarcación se mantenga a flote se harán todos los esfuerzos necesarios para superar la situación y seguir a bordo dentro de los límites razonables, a no ser que exista riesgo de explosión o incendio.
Emitiremos “MAY DAY” por el radioteléfono con el nombre y la posición de nuestro barco. Si no supiéramos la posición exacta del barco buscaremos demoras o referencias como faros o puntas para poder dar los mayores detalles para el rescata. Si esto no fuera posible, daremos nuestra hora de salida y el lugar así como nuestro rumbo y velocidad. También por teléfono podemos pedir auxilio, llamando al de Salvamento Marítimo 900 202 202. Si disponemos de radiobaliza, la activaremos manualmente y la llevaremos con nosotros al abandonar el barco.
En el caso de tener barcos cerca utilizaremos el material pirotécnico que tenemos a bordo para emitir señales. También podemos utilizar el heliógrafo o una linterna para mandar mensajes por código MORSE como SOS (tres puntos – tres rayas – tres puntos) o las banderas del código internacional de señales.
Una vez sabido esto y habiendo decidido el patrón abandonar el barco procederemos con los siguientes pasos:
- Alistaremos las balsas salvavidas, los aros y chalecos.
- Nos abrigaremos bien, sobre todo los pies, cabeza, manos y cuello, ajustándonos bien la ropa.
- Cogeremos todo el material de seguridad necesario así como víveres y agua.
- Elegiremos la mejor zona para el abandono.
- Se arrojarán al agua todos los objetos flotantes y se abandonará el barco por sotavento.
- Intentaremos en la medida de lo posible embarcar en la balsa sin saltar al agua.
- Si tuviéramos que embarcar desde el agua saltaremos de pie y sujetando el chaleco con las manos y tapándose la nariz y la boca.
En el caso de haber tirado la balsa y que esta se halla abierto del revés, saltará un tripulante al agua para adrizarla. Para adrizar una balsa volcada hay que colocarse en el agua a sotavento de la balsa, apoyándose sobre la botella de aire comprimido, y tirar de las cinchas que cruzan la parte inferior de la balsa. Una vez en la balsa, distribuiremos pastillas contra el mareo, achicaremos y secaremos el interior de la balsa; organizaremos turnos de guardia, y repartiremos pesos y largaremos el ancla flotante.
Si no se dispone de balsa y hay que abandonar el barco lanzándose al agua. Se intentará hacerlo por la banda de barlovento y echando previamente todo objeto flotante al agua. Una vez en el año se mantendrán todos los náufragos unidos en posición fetal y no se deberá de nadar para no perder energías. Si hubiera que hacerlo se haría de espaldas. Cualquier objeto flotante al que nos podamos subir nos subiremos para reducir el riesgo de hipotermia.