fbpx

BonVoyage

Lorem ipsum dolor sit amet, eu eos veniam albucius, ius dolor virtute et. Ius recusabo delicatissimi ex. Mea cu utamur.

Instagram

4.1 Hombre al agua Copy

4.1 Hombre al agua Copy

Hombre al agua

 

En condiciones de mal tiempo una embarcación es una superficie resbaladiza e inestable que está en continuo movimiento. Es por ello que hay que saber que el peligro de caer al agua está siempre presente.

En el caso de que un tripulante caiga al agua hay que saber que es de vital importancia no perderle de vista. Esto, teniendo en cuenta que el diámetro medio de una cabeza humana es de 20 cm y que normalmente estas emergencias ocurren de noche y con la mar picada, es importante saber que es un caso en el que hay que actuar con mucha rapidez y coordinación. En condiciones de mar en calma y de día se estima que el ojo humano puede ver a un náufrago a un máximo de 345 metros de distancia, si le sumamos las malas condiciones de la mar y que este hecho ocurra durante las horas nocturnas estaremos de acuerdo en decir que será una búsqueda complicada. Aunque los chalecos vienen dispuestos con bandas reflectantes y un silbato para mejorar esta búsqueda, hay que saber que no será fácil.

Las posibilidades de supervivencia de un náufrago en el agua dependerá de diferentes factores:

  • Constitución
  • Estado físico
  • Protección del frío
  • Si lleva o no chaleco salvavidas
  • El tiempo que permanezca en el agua: -15º menos de 5 horas. A -10º de 2 a 3 horas.

Es por todo esto que la prevención es el factor más importante a tener en cuenta a bordo de una embarcación.

 

Prevención

 

Para evitar al máximo la caída de un hombre al agua los desplazamientos por cubierta deberán de reducirse al máximo cuando las condiciones de la mar no sean favorables. Si el barco empieza a dar bandazos y cabezadas habrá que limitar el número de tripulantes en cubierta a los mínimos que se necesiten para hacer la maniobra.

En todos los casos los tripulantes deberán de llevar chaleco salvavidas, calzado antideslizante y arnés de seguridad e ir anclados cuando caminen por cubierta e incluso estando en la bañera si las condiciones empeoran. A lo largo de toda la cubierta deberá de haber asideros firmes de los que agarrarse y deberá de ir dotado de andariveles para poder anclar las líneas de vida. Se mantendrá la cubierta despejada de posibles obstáculos y durante las maniobras de noche se iluminará la cubierta.

La tripulación deberá de ser consciente de este riesgo y estar entrenada para reaccionar de forma inmediata a la emergencia por lo que debe haber sido adiestrada.

El patrón tendrá previsto un sistema de recogida e izado a bordo de un náufrago.

 

Protocolo de hombre al agua

 

Todos y cada uno de los miembros de la tripulación deben saber que hacer en el caso de hombre al agua, lo cual supone contar con un plan establecido que contendrá:

  • La reacción inmediata tras la caída.
  • Un sistema de recogida.

El chaleco salvavidas puede completarse con cualquier balizamiento que permita localizar o ver mejor al náufrago; puede ser un globo que ascienda, bandas reflectantes, o un sistema de posicionamiento por satélite, GNSS, o GPS. También existen cohetes tipo bolígrafo, linterna y silbato incorporados al chaleco.

El procedimiento a seguir si se produce un caso de hombre al agua es el siguiente:

  • En el momento en el que alguien presencie un caso de hombre al agua gritará todo lo fuerte que pueda ¡HOMBRE AL AGUA POR BABOR! o ¡HOMBRE AL AGUA POR ESTRIBOR! dependiendo por la banda donde se haya caído. Es importante gritar lo más fuerte que se pueda y repetir el mensaje hasta asegurarse que toda la tripulación lo ha recibido correctamente. Con mal tiempo las olas, el viento, los bandazos, etc. dificultan mucho la comunicación y hay que tenerlo en cuenta a la hora de transmitir la emergencia al resto de tripulantes.
  • Al oír el grito de ¡hombre al agua! se meterá el timón a la banda de caída y luego se desembragará el motor, para librar al náufrago de posibles daños de la hélice y para detener el barco y evitar que el náufrago se ahogue si estaba sujeto a bordo con la línea de vida de un arnés de seguridad, al ser remolcado velozmente por el barco.
  • No hay que perder en ningún momento al náufrago de vista y señalarlo con el brazo. Aún gritando ¡hombre al agua! no hay que dejar de mirarlo. Incluso si se pierde de vista hay que permanecer mirando a la demora por donde cayó.
  • El resto de tripulantes tirarán objetos flotantes al agua en esa dirección con el fin de que el náufrago se pudiera asir o para que sirva por lo menos de guía ante la demora en la que se encuentra. Los objetos que debemos de tirar al agua son, sobre todo, los aros salvavidas o bien una baliza de hombre al agua, que consiste en un flotador atravesado a una pértiga lastrada en su parte inferior para mantenerla vertical y que en su parte superior está provista por una bandera de color vivo y una luz de flash.
  • Si es posible lanzar una señal fumígena o una bengala, de noche, nos guiaran hasta el náufrago.

  • Habrá que pulsar la tecla MOB (man over board) con la mayor brevedad posible ya que esto nos permitirá establecer un waypoint aproximado de donde cayó el náufrago. El GPS a su vez nos proporcionará el rumbo al que está dicho waypoint. Además, en el caso de que necesitáramos la ayuda de los servicios de rescate, esto nos permitirá facilitarles las coordenadas de donde se produjo la caída. En caso de no tener GPS, en el momento de la caída algún tripulante que esté libre deberá apuntar la posición en la que se produjo la caída y la hora.
  • Si hay barcos en las proximidades se les informará por radio teléfono emitiendo la señal de urgencia PAN PAN tres veces, por el canal 16 del VHF, o una Alerta de socorro por el canal 70, dando cuenta de la emergencia y de la situación donde se produjo, emitiendo tres pitadas largas, e izando la bandera Oscar del Código Internacional de señales.

 

Maniobras de hombre al agua

 

Maniobra cuando el náufrago está a la vista

Cuando el náufrago está a la vista podemos optar por dos tipos de maniobras:

  • Maniobra del esquiador: haremos firme un cabo por la popa del barco y en el extremo le haremos firme el aro salvavidas u otro objeto flotante que encontremos a bordo. La aproximación se hará por barlovento del náufrago y con poca arrancada, a ser posible llevando el viento por la amura contraria a la banda por donde se va a recoger el hombre caído al agua, para que este quede a sotavento en el momento de la recogida, el abatimiento no le separe del barco y no sufra golpes contra el costado. Si hay mucho oleaje no conviene acercarse excesivamente al náufrago, solo lo justo para poder lanzarle un cabo y que pueda asirse a el. En el caso de que el náufrago estuviera inconsciente debería saltar al agua otro tripulante con chaleco salvavidas con un cabo unido al barco. Jamás nos aproximaremos a un hombre en el agua marcha atrás ya que podríamos ocasionarle serios daños con la hélice.

 

  • Maniobra de Anderson: Se mete el timón a la banda por la que cayo el tripulante, hasta caer 250º respecto al rumbo que traíamos. A continuación se pone timón a la vía y paramos máquinas. El náufrago aparecerá por la proa. Esta maniobra es muy apropiada para barcos rápidos.

 

 

Maniobra cuando hemos visto al náufrago caer al agua pero lo hemos perdido de vista

  • Curva de boutakow: consiste en meter todo el timón a la banda por donde ha caído el náufrago y cuando haya caído 70º, momento en el que metemos todo el timón a la banda contraria para quedar navegando justo al rumbo opuesto al que estábamos navegando. Una variante de esta maniobra es la de willianson y consiste en que en vez de caer 70º se cae únicamente 60º.
  • Búsqueda por sectores: muy eficaz cuando se conoce exactamente la posición del náufrago y, por tanto, el área de búsqueda es pequeña. El radio de búsqueda varía entre 1 y 5 millas, y los giros serán de 120º a estribor.

  • Método del minuto: se mete el timón a la banda en la que ha caído el náufrago hasta navegar justo en el rumbo opuesto al que se estaba navegando. Pasado ese minuto invertimos el rumbo cayendo a la misma banda y navegamos otro minuto. El náufrago aparecerá por la proa.

  • Método de la espiral cuadrada: es un método apropiado cuando no conocemos exactamente donde ha podido caer el náufrago pero está dentro de un área relativamente reducida y sin corriente.

 

Rescate y primeros auxilios

 

Si tuviéramos que acudir al rescate de un náufrago es importante obrar con prontitud, desprenderse de ropa que pueda ser molesta y limitar nuestros movimientos y ponerse un chaleco salvavidas. Es importante, como hemos dicho anteriormente, estar sujeto al barco mediante un cabo y aproximarnos a este por la espalda, ya que si nos viera tendría la tentación de echarse sobre nosotros y correr el peligro de que nos ahogáramos los dos. Si esto sucediera deberemos sumergirnos con él si fuera necesario para zafarnos con rapidez, en caso de no poder lo golpearíamos para líbranos. Una vez calmado le pasaremos el brazo por su barbilla y le remolcaremos con la cara al cielo y fuera del agua.

Una vez a bordo los pasos a seguir para la reanimación son los siguientes:

  • Sacar al accidentado del agua
  • Permeabilizar la vía aérea
  • Iniciar la respiración artificial
  • Tratar la hipotermia

 

Primeros auxilios: Boca a boca

Para evitar que a un accidentado inconsciente la lengua le obstruya la vía aérea impidiendo el paso del aire, se coloca al accidentado en plano duro, con la cabeza en hiper-extensión colocando bajo los hombros una chaqueta o una toalla y retirando los cuerpos extraños que pudiera contener, con un dedo en gancho, causa de la obstrucción.

Si, pese a lo anterior no se logra al paso libre del aire y se sospecha la existencia de algún cuerpo extraño en la garganta se realizará la maniobra de Heinlich:

Con el accidentado de pie, el auxiliador se coloca tras el con los brazos por debajo de los del accidentado, con un puño colocado horizontalmente con el dorso de la mano hacia arriba y el pulgar justo por debajo del esternón. La otra mano abrazando al otro brazo. En esta posición se tirará bruscamente hacia sí, comprimiendo el abdomen en sentido ascendente varias veces seguidas. Si el accidentado está sentado, el auxiliador se colocará detrás de él con las rodillas flexionadas para estar a la altura que le permita proceder como en el caso anterior.

Una vez las vías respiratorias estén libres, con una mano le tapamos la nariz y ayudamos a mantener la cabeza en extensión. La otra mano la colocamos en las mandíbula mientras el codo descansa sobre el pecho del náufrago y sirve para comprobar también si entra aire o no.

En esta posición el socorrista inspira profundamente, sella con su boca la del accidentado y le insufla aire a razón de 20 veces por minuto, retirando su boca a continuación para permitir el vaciamiento de los pulmones. Con la cabeza del accidentado de lado para facilitar la salida de agua si la hubiera. Se comprobará que en cada uno de ellos que la ventilación es adecuada por:

  • La elevación y el descenso sucesivo de la pared del tórax: 2 a 3 centímetros.
  • El sonido del aire al exhalarlo el accidentado.
  • La resistencia a expandirse de los pulmones del accidentado, que encuentra el socorrista.
  • Por la mejoría del color cianótico del accidentado.

 

Primeros auxilios: masaje cardíaco

Si palpando la carótida no hay latido, se efectuará un masaje cardíaco, colocando al accidentado sobre una superficie plana y dura en “decúbito supino”, boca arriba. El socorrista arrodillado al lado del accidentado, localizará la punta del esternón y colocará el talón de una de sus manos a dos dedos de la punta. Colocará el talón de la otra sobre la primera entrecruzando los dedos. Los brazos estarán rígidos, sin doblarlos por los codos. En esa postura el socorrista deja caer el peso de su cuerpo comprimiendo el esternón 4 o 5 centímetros, haciendo fuerza solo y exclusivamente sobre el talón de la mano.

Manteniendo las manos en su sitio, retirar la compresión para permitir que el corazón se vuelva a llenar. Las compresiones se realizarán de forma rítmica, contando “y uno, y dos, y tres, y cuatro…”, a razón de 80 o 100 compresiones por minuto, hasta que se restablezca el pulso.

Para simultanear la respiración artificial y el masaje cardíaco, podría realizarlo una persona sola, a razón de treinta compresiones por cada dos insuflaciones, pero es mejor que lo efectúen dos personas, en cuyo caso se hará una insuflación por cada 5 compresiones.

 

Hipotermia

La hipotermia es el estado del cuerpo por debajo de la temperatura normal. En esta clase de accidentes la temperatura del cuerpo generalmente desciende a menos de 34º. La tolerancia a las bajas temperaturas depende de la edad, de la nutrición previa y de la riqueza del tejido adiposo, de las fuerzas físicas y entrenamiento. La supervivencia en estos casos está determinada por el tiempo de exposición al frío y la intensidad de este.

Podemos clasificar la gravedad de la hipotermia en los tres siguientes casos:

  • Hipotermia inicial o leve: con temperatura entre 35 y 32 ºC.
  • Hipotermia moderada: con temperatura entre 32 y 28ºC
  • Hipotermia severa: la temperatura está por debajo de los 28ºC.

Es importante saber que la hipotermia leve se puede tratar a bordo pero que en el caso de la moderada o la severa se necesita acudir con urgencia a un centro médico para que lo traten profesionales sanitarios.

You don't have permission to register